Al decir ‘la casa del futuro’ uno se la imagina parlanchina, conectada a internet y que se limpie sola. Más allá de tópicos propios de ‘Black Mirror’, la casa del futuro será sobre todo rentable energéticamente, aunque esto sea un concepto mucho menos atractivo en las películas futuristas. Hay muchas cosas que modificar si se quiere conseguir. Actualmente casi el 90% de la energía que consumimos procede de combustibles fósiles y un 40% de ella se usa para calentar edificios.
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